Foto: Niño blanco de pelo liso negro, sentado con una cámara fotográfica pequeña digital delante de la cara. Teco Barbero
Antonio Walter Barbero, conocido como Teco, es un fotógrafo brasileño de la ciudad de Sorocaba. Estudió periodismo y ahora trabaja en el Centro Universitario Facens, asociado con la Universidad de Lleida.
Descubrió la fotografía a los 16 años en un viaje con su padre. Este estaba cansado de no salir en las fotos, así que colocó a Teco delante de él, le entregó la cámara y dijo:
“Listo ahora es solo clicar en ese botón y así también tendremos un recuerdo de mi”
En ese primer contacto tímido y discreto con la cámara todavía no imaginaba que ella sería la abertura para una nueva manera de relacionarse con el mundo y, en su caso, la entrada a un gran desafío. Teco nació con “persistencia vítrea primaria”, una enfermedad con una prevalencia muy baja. Tiene los ojos vitrificados. Además, tiene pequeños obstáculos en la retina, que impiden que la luz llegue correctamente. No debería ver nada, pero nadie sabe cómo tiene un rango de visión del 0,5%.
Su infancia en Sorocaba fue marcada por la ausencia de políticas y diálogo sobre temas de inclusión. Siempre convivió con una deficiente accesibilidad urbana que todavía es notable en la mayoría de las ciudades de Brasil.
Con el apoyo de la familia y métodos de aprendizaje como el Glendoma, consiguió autonomía y cursar tanto el bachillerato como la carrera universitaria en centros convencionales sin adaptación.
En 2002, ya en la universidad, Teco tuvo su segundo encuentro con la fotografía propiciado por el fotógrafo, gestor cultural y documentalista, Werintom Kermes quien, inspirado por la historia de Evgen Bavcar, inició un curso de fotografía para personas con discapacidad visual.
El curso estaba lejos de la dictadura estética basada en la búsqueda de la belleza en las imágenes. Pretendía potenciar la fotografía como una herramienta de inclusión social. En Brasil fue un proyecto experimental y pionero. Los participantes eran un grupo de 12 personas, la mayoría totalmente ciegos de nacimiento. Utilizaban cameras analógicas sin ninguna adaptación.
Al comenzar el curso tuvieron que entender primero lo que era una imagen o una fotografía y buscar un sentido para ella en su mundo.
“Hacíamos la foto a nuestra manera, de lo que conseguimos “ver” con las manos, con los oídos, retratando el mundo como lo percibimos con los otros sentidos”
En 2009 Teco fue invitado a trabajar en una campaña publicitaria para la “Associação Desportiva para Deficientes”, ADD. La campaña tuvo una gran repercusión en todo el país y permitió el inicio de su carrera profesional.
El año pasado participó en la exposición colectiva “Olhar sensível” en el museo de arte contemporánea de Sorocaba (MACS). La exposición es el resultado del workshop fotográfico que él organizó, donde enseñaba personas con discapacidad visual a fotografiar. Cada participante escogió un objeto de su memoria cotidiana para el ejercicio fotográfico. Los objetos fueran expuestos junto con las fotos impresas con relieves, posibilitando la experiencia de ver una imagen fotográfica no solo a través de la visión pero sentirla con el propio cuerpo. La exposición ganó el Premio Ibero-americano de Educación y Museos de 2019.
Todo el proceso fue grabado por Micheli Paula, la primera operadora de cámara ciega brasileña, otra persona con una historia fascinante, que tiene un proyecto cinematográfico llamado “Olhar diferente” a través del canal de Youtube homónimo, donde Teco también participa. Teco también se dedica al fotoperiodismo, cubriendo innumerables eventos principalmente en su ciudad natal. Este trabajo requiere no sólo un sistemático conocimiento de su oficio sino también una adaptación y un estudio previo del lugar que fotografiará, de las personas importantes del acto y de las condiciones de luminosidad del ambiente. Esto es un desafío que asume casi siempre solo, sin embargo comenta que le gustaría tener más presupuesto y poder contar con un ayudante.
En sus 10 años de oficio se alegra por los avances tecnológicos, tienen un papel primordial de inclusión social del colectivo de personas con discapacidad visual. No obstante comenta que no hay cámaras comerciales adaptadas para los ciegos, aun existiendo tecnología para hacerlas.
Actualmente usa una cámara digital que le facilita seleccionar sus fotos. Esto lo hace mirando muy muy cerca al display.
Tanto en sus proyectos personales como en su trabajo de fotoperiodismo sus imágenes nos muestran un mundo desde una perspectiva abierta a los sentidos y a la imaginación, libres de los vicios estéticos que cargamos en la maleta los que utilizamos siempre los mismos ojos para ver. Nos enseña a pensar la fotografía de otra forma y también a relembrar que a veces tenemos que cambiar nuestras “gafas” y reaprender a mirar nuestro entorno.
Foto: Señora gran blanca con pelo corto y discapacidad visual, asegurando una cámara de fotografía digital. Teco Barbero.
